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24 mar 2012

La primera refugiada política de México que acepta España atribuye los problemas de su país a la "ausencia de Estado"




La periodista Isela Pérez destaca la "fortaleza" de la mujer mexicana, "capaz de dar su vida por cambiar las cosas"

La periodista mexicana Rosa Isela Pérez asegura que los problemas de corrupción y violencia que sufre su país no son más que consecuencias de una situación más compleja y profunda, que es la "ausencia de Estado".

La inseguridad pública, los ataques contra las mujeres, la impunidad, la corrupción y colusión de autoridades, policías y militares con las mafias del narcotráfico, para ella, no son más que los síntomas de esa carencia que, según lamenta, "en estos momentos ni siquiera se está reconociendo, al menos por parte de quienes ostentan el poder".

Rosa Isela Pérez es la primera refugiada política mexicana que acepta España. Su denuncia de abusos cometidos en el estado latinoamericano fue respondida con amenazas de muerte que la llevaron a dejar su tierra, junto con toda su familia, en septiembre de 2010.

Este sábado ha viajado a Segovia para participar en el II Encuentro 'Mujeres que transforman el mundo', en una conversación con la periodista de El País Georgina Higueras sobre la información como denuncia y el caso de las mujeres de Ciudad Juárez, su localidad natal.

Precisamente en esta ciudad, según ha declarado en una entrevista previa con Europa Press, las agresiones que hoy se viven en otras partes del país ya existían mucho antes de que se iniciara el "supuesto programa de lucha contra el narcotráfico que incrementó la violencia". Sin embargo, dice, nunca se atendió al problema.

Rosa Isela Pérez emprendió su carrera como periodista en Ciudad Juárez, donde desempeñó siempre su labor hasta que llegaron las amenazas. Su situación se agravó cuando decidió declarar ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso del Campo Algodonero, en el que fueron asesinadas ocho mujeres.

La Corte, en una sentencia histórica, condenó al Estado mexicano por violar los derechos humanos y al Gobierno de Felipe Calderón a indemnizar y proteger a los familiares de las víctimas. Pero no cumplió. Desde ese momento, esta informadora apenas pudo salir de casa.

"CAPACES DE TODO POR EL CAMBIO"

Premio Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) por su investigación de estos crímenes, Isela Pérez señala que, a raíz de la guerra de venganzas que se ha desatado en México por la "supuesta" lucha contra el narcotráfico, las mujeres se están convirtiendo en unas de las principales víctimas. Sobre todo las más humildes, están viendo cómo sus cuerpos son utilizados como "campo de batalla".

En este sentido, critica que el Gobierno sabe que esto ocurre desde hace mucho tiempo y que se ha agravado en los últimos años pero que aún así "sigue sin voluntad por resolverlo".

"Las mujeres en México viven las desigualdades de una sociedad patriarcal, muy machista. Aunque han ganado espacios y derechos, se les sigue reprimiendo sobre todo por el momento de violencia tan fuerte que sufren, en especial las jóvenes", advierte, si bien se muestra optimista por que este escenario de injusticias y violencia esté mostrando la "gran fortaleza" de la mujer, su valentía y sensibilidad, "capaz de dar todo, incluso su propia vida por cambiar las cosas".

"Un ejemplo muy claro es que la mayor parte de la gente que está participando en Ciudad Juárez en estos procesos de lucha por la justicia y por la paz son mujeres. Creo que nos están dando una gran lección de amor a la vida", recalca.

MÉXICO, PELIGROSO PARA EL PERIODISTA

Isela Pérez subraya que las féminas están avanzando a pesar de todo, aunque reconoce que, personalmente, ella lo hubiera tenido todo más fácil si hubiera nacido hombre. "Hubiera tenido más libertad, mejores puestos y sueldos, pero sobre todo no hubiera sentido tanto miedo en algunas ocasiones, miedo a caminar en la calle, a salir a divertirme, a confiar", apunta.

En este contexto nacional, añade que los periodistas tienen mucha dificultad para ejercer su profesión. México, destaca, es considerado por algunas organizaciones como un lugar peligroso para ejercer el periodismo.

En el caso de Ciudad Juárez, explica que los periodistas perciben sueldos muy bajos, las empresas se deshacen de aquellos que representan un obstáculo para cumplir con sus compromisos y es frecuente que sean agredidos, encarcelados o amenazados por las autoridades policíacas o por militares por el mero hecho de intentar cubrir una noticia.



-- wwwformy vía Ipad

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