En el gran invento de la "vida" –que es el que elige Jesús "con sus dulces momentos y los que no lo son tanto"– coexisten personas de vena práctica, otras transcendentales, algunas dotadas de la gracia del humor y muchas de combativo espíritu revolucionario... virtudes que nos permiten clasificar a los lectores de el mensual según su elección del mejor invento de la historia.
En el gran invento de la "vida" –que es el que elige Jesús "con sus dulces momentos y los que no lo son tanto"– coexisten personas de vena práctica, otras transcendentales, algunas dotadas de la gracia del humor y muchas de combativo espíritu revolucionario... virtudes que nos permiten clasificar a los lectores de el mensual según su elección del mejor invento de la historia.
De no existir la píldora viviríamos en una especie de Edad Media tecnificada En el grupo de los revolucionarios –los que son capaces de atisbar los grandes cambios sociales tras unos cacharros–, sorprende que sean mayoritariamente mujeres. A ellas les han cambiado la vida objetos tan ligeros como "la compresa" o tan pesados "como la lavadora". "Las que tenemos una edad precompresa/lavadora, sabemos de qué hablamos... y las afortunadas que ya nacieron con estos inventos, por favor, que les pregunten a sus madres cómo era antes", pide Violeta. No se olvidan, tampoco, de "la píldora". Como dice María Dolores, "de no existir, viviríamos en una especie de Edad Media tecnificada". Ahora en el foro surgen varones blandiendo ese otro invento profiláctico de similar función, el condón. "Da mucha tranquilidad, ¿no?", dice a través de Twitter Javier Fernández.
A medio camino entre los revolucionarios y los que viven con el humor por bandera se ubican @Kenjorato y @LordShink, quienes no contemplan su existencia sin "el papel higiénico" o sin "el váter", primero porque "lo pasaríamos mal en invierno sin hojas para limpiarnos" y segundo porque "cagar sentado no tiene precio". No les falta razón.
El retrete, ahí donde lo veis, una simple taza de porcelana con sifón incorporado, es un invento que necesitó siglos para ser perfeccionado. Las primeras letrinas datan de hace más de diez mil años, pero los inodoros no se popularizaron en los hogares europeos hasta principios del siglo pasado. Fue entonces cuando los hermanos Scott empezaron a comercializar esos rollos higiénicos que colocamos ahí al lado, y sin los cuales seguiríamos usando lechuga, trapos, pieles y hojas.
Los visillos... ¡qué invento!
Con guasa irrumpe Francisca para exponer que "ni el televisor, ni el teléfono ni nada de eso, que el invento del millón son los visillos", dice rotunda, "sin ellos no sé cómo podrían mis vecinas ver cuándo llego o con quién estoy". Jlojo elige "la rueda". No porque este objeto revolucionara el transporte terrestre, sino porque gracias a ella lleva viviendo mucho tiempo. "¿Que por qué? Porque las vendo", se despide.
El invento del millón son los visillos
Nos ponemos transcendentales de la mano de María, para quien la anestesia es el mayor hallazgo de todos los tiempos. "La local, la regional, la epidural, la general, cualquiera. No puedo imaginar sentir dolor por quitarte una simple muela. O que te abran vivo de arriba abajo, te corten una pierna, te quiten una bala [lo de las pelis de vaqueros duros no se lo creen ni ellos] o te pongan un tornillo en un hueso fracturado sin anestesia". Pues sepa María que la cirugía a las bravas siguió siendo algo bastante común incluso años después de que en 1842 se realizara la primera intervención con éter.
Ordenadores orgánicos
"El fuego", "la electricidad" e "Internet" son la troika de los inventos, si nos ceñimos al número de menciones. Patricia, por ejemplo, no entiende su vida "sin tele, sin música, sin agua caliente, sin bebidas fresquitas, sin ventiladores o sin Internet" y por ello escoge la electricidad. Mientras, Kateryna valora más la escritura. "Piensas, ¿será el jabón o la electricidad?" –reflexiona– "pero luego te das cuenta de que si no hubiera una forma de registrar esos inventos se perderían y daría igual incluso que se descubriese la cura del cáncer", argumenta. Además están los que piensan que el mayor hallazgo aún está por llegar.
Juan Saldaña cita el "ordenador orgánico, creado a base de biomoléculas". Parecería una invención suya, pero dicen las hemerotecas digitales que en Japón ya trabajan en un procesador capaz de conectar neuronas y chips. Mención futurista aparte, hay personas que encuentran la grandeza en las pequeñas cosas que hacen la vida más amable: esos "cubitos de hielo" que enfrían un refresco, el "colchón" sobre el que descansamos, "la financiación" para bienes de valor, el "pan" o el onanismo... y lo dicen los lectores. Que no me invento nada.
Y la pregunta del mes que viene. ¿A quién le cambiarías tu vida durante unas horas?
La cantante malagueña Vanesa Martín se cambiaría sin dudarlo por Adele. "Me pregunto qué sentirá esa mujer ante el mogollón que tiene ahora mismo. Me gustaría averiguar qué maquinaria tiene detrás y cómo desconecta y disfruta de la gente y del día a día". El DJ y productor musical Carlos Jean fantasea con estar en la piel de Barack Obama.
Cambiaría unas cuantas cosas del mundo, total como son solo unas horas..."Cambiaría unas cuantas cosas del mundo, total como son solo unas horas...". Mientras que el escritor Javier Sierra se cambiaría con Joseph Acabá, un astronauta de origen puertorriqueño que hasta el próximo 1 de julio vivirá en la Estación Espacial Internacional dando vueltas a la Tierra. "Me fascinaría tener un tiempo de contemplación de la ‘canica azul’ que es la Tierra".
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