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20 jul 2012

Preguntas pendejas de "ellas": ¿Se puede ser amiga de un ex...?

Estamos hablando de "amigos de verdad", de esos que se cuentan cosas, se aconsejan y están en los buenos y malos momentos. Si el sólo hecho de imaginar a tu ex con otra te genera palpitaciones, probablemente no puedas ser su amiga. Así, para conservar tu salud mental, será conveniente que borres todos los indicios que lo hacen aparecer en tu vida una y otra vez. E Internet tiene mucho que ver con esto.

Cuando se habla de amistad entre ex parejas hay una delgada línea que no todos tienen clara: una cosa es tener una buena relación por algún motivo en particular (hijos en común, bienes, trabajo, compromisos) y otra es ser amigos de verdad, de esos que se cuentan cosas y se aconsejan.

El termómetro es uno y no falla: el día que puedas decir “Fulanito (insertar aquí su nombre real) está en pareja con otra persona” sin que te duela el estómago ni te broten las lágrimas de los ojos, estarás lista para desearle lo mejor, para cruzarte cada tanto y darle un abrazo o para interesarte por sus cosas. Antes, nunca.

Hacé la prueba y repetí el nombre de tu ex seguido de la frase “duerme con otra persona todas las noches y es feliz”. ¿Te duele el corazón, te falta el aire, tenés palpitaciones? Si la respuesta es sí, no creo que puedas ser amiga de tu ex, así que andá borrando todos los indicios de vida humana bajo ese nombre y apellido.

Internet tiene mucho que ver con esto. Si eran pareja en Facebook ya habrás pasado por una de las humillaciones más grandes de esta nueva era: cambiar de status social frente a todos tus contactos. Antes, la gente ni sabía si tenías novio salvo que te ocuparas de contarlo o te vieran de la mano por la calle. Mucho menos se enteraban si rompías la relación hasta que estés lista para enfrentar la noticia y vos misma puedas dar las explicaciones pertinentes al caso. Hoy, con el avance en las comunicaciones, tenés que informarles a todos que te separaste, incluso, antes de madurar la decisión. “Fulanita pasó de estar en una relación a estar soltera”, fulminante. Es la vidriera del fracaso. Pasen y vean.

Por eso, mi primera recomendación sobre este punto: si soñás con que ese ex algún día se convierta en amigo en la vida real, apagá la computadora, quitalo de todos tus contactos (eso incluye el celular) y llorá, tomate un café con tus amigas, salí a conocer gente nueva, volvé a llorar, arrancá con algún deporte o hacé lo que sea que te aleje de la Web, donde es tan fácil encontrar información sobre la vida del otro.

Apuesto a que sin Internet no lo verías más. Intentá hacer realidad tu sueño, ¿cómo vas a hacer para no tentarte cada vez que veas su fotito de perfil comentándole una frase a un amigo en común? No conozco una persona que no caiga rendida ante esa tentación. Si ves su perfil, sí o sí traducís que es una invitación a bucear en su vida. Lo quieras o no, la curiosidad es más grande. ¿Qué hace, adónde viaja, está feliz, ésa es la novia nueva? Y ahí te ves de cara a un sinfín de situaciones incómodas. Repito, si no te produce nada saber que está en el mejor momento de su vida y que nunca sintió tanto amor por el que siente por la chica nueva, adelante. Pero si sos del grupo que aún piensa en llamar a una ambulancia cada vez que se lo nombran, mejor abstenerse y cortar por lo sano.

Lo mismo sucede con Twitter, la vida misma resumida en 140 caracteres: “Acá estoy con Florcita, mi nuevo amor, la mujer de mi vida, a punto de entrar a ver una película romántica, love love love”. ¿Para leer esta basura querés ser su amiga? Porque convengamos, ¿qué ganás siendo su amiga? ¿Le vas a sostener su mano cuando venga llorando porque la dulce de Florcita le metió los cuernos en una fiesta negra? O peor aún, ¿vas a contarle que tu vida desde su partida es un caos, que no das con un tipo como la gente y que tu última cita sexual fue con un impotente que no podía mantener una erección?

¿Cuál es el propósito de ser amiga de un ex? ¿No tenés amigos propios que necesitás seguir ligada a este tipo que te humilló hasta aburrirse? A lo sumo podrán ser amigos cuando el tiempo cure todas las heridas y ya no haya resentimientos mutuos, cuando ambos tengan una pareja estable y feliz y, por sobre todas las cosas, cuando puedan mantener una relación basada en el respeto y la sinceridad (así nadie se confunde ni sale lastimado). Antes, nunca.

Por Paola Florio, autora del libro “Matemos a los ex” y del blog Capitana del espacio.

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