5 oct 2012

Galicia puede ser el principio del fin de Rajoy - Después quizás el rescate se llame rescate

Año 2009, 12 meses después de perder las elecciones generales por vender demasiado pesimismo -recuerden el debate entre Solbes y Pizarro- la crisis ya ha embestido a España y el PP empieza a ocupar fichas del tablero. Por un lado Euskadi, con un pacto contra natura con el PSE, y después Galicia donde el tsunami económico se llevó por delante a Touriño colocando a Alberto Núñez Feijóo al frente de la Xunta de Galicia. Feijóo, el delfín mejor colocado de Mariano Rajoy, inyectó fuerzas renovadas a un partido que solo tuvo que dejar pasar el tiempo para que el Gobierno de Zapatero, ya podrido, cayera de la rama.

Sin embargo con la actual crisis económica los tiempos políticos han acelerado. Apenas han pasado tres años de entonces y la mayoría absoluta del PP en Galicia se tambalea. Por no hablar de la influencia popular en Euskadi.

Lo del País Vasco va a ser objeto de muchos análisis. La izquierda 'abertzale', ya sin ETA y con unas siglas legalizadas, está cerca de conseguir un número de votos histórico que, según las encuestas, le colocaran tras un PNV que ha sabido reinventarse tras una legislatura en la oposición. Sin posibilidades de reeditarse una pinza antinacionalista, el PP parece abocado a perder gran parte del terreno conquistado.

Pero lo que pase en el norte no preocupa demasiado en el PP. Nunca han tenido gran influencia política y son conscientes que el bipartito tenía fecha de caducidad desde el mismo día en que se fraguó. Donde realmente se juega las castañas el partido que gobierna España es en el noroeste, en Galicia. La crisis está ahogando al PP que ve como los recortes y su servidumbre a Europa ha encendido a la población hasta el punto de batirse el récord de manifestaciones en Madrid. Lo mismo ocurre en Cataluña, pero allí están centrados en un debate identitario e independentista, dos sentimientos que todo lo pueden —incluso a la crisis-.

Pero aún falta un ingrediente. La precampaña gallega se está desarrollando ante el fantasma de un posible rescate a España. El PP quiere posponerlo hasta después del 21-O, pero Europa y los mercados no van a esperar tanto.

Y si los gallegos votan mayoritariamente al resto de partidos, el PP y Mariano Rajoy vivirán una seria crisis de liderazgo interno que podría ser el principio del fin. Andalucía la daban como ganada, y no fue así. En Extremadura, como IU quiere volver a pactar con el PSOE, también podrían perder la presidencia... y el tablero volvería a teñirse poco a poco de rojo. Y los barones alzarán públicamente su rechazo a la política de recortes tensando la cuerda. Y ese malestar de puertas adentro se verá amplificado por el malestar exterior ya existente.


Soynadie - @wwwformy
Publicado via Ipad
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