22 oct 2012

Kuñá Pyrendá, una plataforma femenina a la busca del poder en Paraguay


La exministra de la Función Pública del Gobierno de Fernando Lugo, Lilián Soto (d), y Magui Balbuena (i), dirigente de la Conamuri, una coordinadora de organizaciones de trabajadoras rurales e indígenas, haban con Efe hoy, sábado 20 de octubre de 2012, en Asunción. Animadas por el ejemplo de Argentina o Brasil, las integrantes del movimiento Kuñá Pyrendá apuestan por una lista exclusivamente femenina para las elecciones de 2013 en Paraguay, donde la mujer apenas ocupa puestos de poder. Soto y Balbuena se encuentran al frente de la iniciativa. EFE/Andrés Cristaldo ANDRÉS CRISTALDO / EFE
Animadas por el ejemplo de Argentina o Brasil, las integrantes del movimiento Kuñá Pyrendá apuestan por una lista exclusivamente femenina para las elecciones del 2013 en Paraguay, donde la mujer apenas ocupa puestos de poder.
Kuñá Pyrendá (Plataforma de Mujeres en guaraní) se lanzó al ruedo político en marzo de este año, en busca de firmas ciudadanas hasta lograr, el pasado día 11, el registro del Tribunal Superior de Justicia Electoral.
Al frente están Lilián Soto, exministra de la Función Pública del Gobierno de Fernando Lugo, y Magui Balbuena, dirigente de la Conamuri, una coordinadora de organizaciones de trabajadoras rurales e indígenas.

Casos como el de Michele Bachelet en Chile, o las tres mandatarias que ahora gobiernan en Argentina, Brasil y Costa Rica “generan un escenario internacional, regional, favorable porque ya no se ve como algo imposible que las mujeres ejerzamos la primera magistratura en nuestros países”, destacó Soto.
La “dupla” Soto-Balbuena, candidatas a la Presidencia y Vicepresidencia de Paraguay, medirá sus fuerzas en los comicios del 21 de abril del 2013 con los dos grandes partidos tradicionales -liberal y colorado- y otros como el Unace, Patria Querida o los grupos de izquierda que hasta hace poco formaban el Frente Guasú.
“Nuestra apuesta es que, en el 2013, Paraguay pueda ser liderado por mujeres con conciencia clara de la necesidad de igualdad”, añadió Soto, que no descartó futuras conversaciones con los partidos del Frente Guasú pues la suya es una plataforma “socialista-feminista”.
La violencia doméstica, la trata de blancas y la falta de políticas de corresponsabilidad familiar son, a su juicio, los principales problemas de la mujer paraguaya en una sociedad aún muy tradicional.
El peso demográfico de la mujer en una nación que quedó diezmada por la Guerra de la Triple Alianza (1865-70), su mayor esperanza de vida y su incorporación al mercado laboral hacen que muchos hogares tengan “jefatura femenina”: son un 28 por ciento según datos oficiales del 2008.
La tasa de fecundidad ha bajado notablemente de los 4,3 hijos por mujer en 1995 a 2.5 en el 2008, pero aún se mantiene alta y particularmente entre las adolescentes, con 63 nacimientos de cada 1,000.
Pero la mujer paraguaya ocupa apenas el 12 por ciento de los escaños legislativos y el 28 de los puestos ministeriales y es casi invisible al frente de las grandes empresas del país.
“Queremos la mitad del cielo, la mitad de la tierra y la mitad del poder”, demanda una pintada a colores en una de las paredes de la sede de Kuñá Pyrendá, una casona antigua de colores rosados en el centro de Asunción.
Soltera y sin hijos, Soto se licenció en Medicina en 1988, pero saltó a la política ya en 1992, como concejala en Asunción.
Balbuena comenzó a hacer política en 1971, en plena dictadura de Alfredo Stroessner (1954-89), como miembro de la Juventud Agraria Católica, donde recuerda que las mujeres tenían una participación “ínfima” y cero protagonismo.
Soltera, con dos hijos y dos nietos, en el 2000 fundó la Conamuri y, como relató, les costó “ser aceptadas (como organización) por el profundo machismo y la predominancia de un sistema patriarcal en el país”.
Para Balbuena, la mujer rural afronta problemas como embarazos complicados por la contaminación del medioambiente “debido al modelo de monocultivos que se aplica en el país, como la soja”, a los agentes tóxicos y las semillas transgénicas empleados en el campo.
Para esta dirigente, “sería muy importante que las mujeres vayan sacudiéndose de ese largo letargo, del sometimiento, de vivir sin voz, como si fuera vivir detrás de una puerta donde nadie la escucha ni la ve (…) Es el momento para que las mujeres luchen por el poder”.
“Creo que es el momento de las mujeres -corroboró Soto, reiterando el lema del partido-. Nuestra política ya ha tenido suficiente agresión, un tiempo en el cual la cultura política que se desarrolló fue una cultura política basada en la confrontación, basada en, quizás, mucha testosterona”.

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