"Fue como un videojuego". "Nos disparó como a conejos". "Nunca nos pasó algo así". Los relatos de los policías que asaltaron la vivienda de Mohamed Merah, el asesino en serie de Toulouse, dan cuenta de la determinación del terrorista francés, dispuesto a morir matando.
Desde el RAID, el cuerpo de élite de las fuerzas de seguridad galas, aseguran que "nunca" habían visto nada parecido. El terrorista, que llevaba 32 horas atrincherado en su casa, estaba esperando a los agentes en el cuarto de baño, "en posición de combate" y con los pies sumergidos en 30 centímetros de agua.
Merah abrió fuego 30 veces contra los uniformados que fueron a detenerle. "Es la primera vez en mi vida que, mientras lanzamos un asalto, alguien nos asalta a nosotros", explicó a 'Le Monde' el responsable del RAID Amaury de Hautecloque.
"Teníamos una idea bastante exacta del lugar en el que se encontraba, pero esa idea debía corroborarse, precisarla. Ésa es la razón por la que nosotros entramos de forma tan prudente en el apartamento [...] En el piso había barricadas por todos los lados", añadió.
El 'asesino de la moto', responsable de la muerte de siete personas en el sur de Francia, llevaba día y medio acorralado por las fuerzas del orden, que este jueves decidieron entrar en su domicilio y poner fin a una crisis que estaba teniendo al país en vilo.
Ocurrió a las 10.30 horas de la mañana, después de que el terrorista galo de origen argelino hubiera anunciado a las 22.45 horas del día anterior que ya no tenía intención de rendirse -como afirmó el miércoles en al menos tres ocasiones- sino de morir "con las armas en las manos". Después de estas palabras, las fuerzas de seguridad no volvieron a saber nada él.
Durante la noche, el cuerpo de elite de la policía francesa decidió asediar con explosivos la vivienda tras haber cortado el alumbrado eléctrico y el abastecimiento de gas, en una maniobra para "aumentar la presión" sobre el terrorista y lograr que se entregara. Una estrategia que no dio frutos, por lo que se procedió al asalto del domicilio tras inspeccionar la vivienda con cámaras que habían sido introducidas por la ventana.
Atrincherado en el cuarto de baño
Un total de 15 agentes se acercaron al apartamento del joven 'yihadista'. Algunos se quedaron fuera -vigilando puerta y ventanas- y el resto recorrió habitación por habitación sin detectar algún movimiento. El homicida se mantenía al fondo, en silencio, atrincherado en el cuarto de baño, desde donde recibió a los agentes disparando a discreción.
Las fuerzas especiales respondieron con 300 balas. El enfrentamiento se prolongó por espacio de cinco minutos. A las 11.10 horas, los efectivos del RAID entraron en el apartamento a través de la puerta y las ventanas, lanzando tres granadas.
Merah, que llevaba un chaleco antibalas, consiguió causar heridas a cinco uniformados, antes de que un francotirador le matara de un disparo en la cabeza. Cuando fue abatido, el terrorista llevaba consigo una mochila y un 'Colt 45', en cuyo cargador quedaban dos proyectiles.
Con sus últimas fuerzas, el radical islamista logró saltar por una ventana mientras no cesaba de apretar el gatillo, pero el tiro de precisión del francotirador del RAID ya había sentenciado el fin del 'asesino de la moto'.
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