Los vemos en las revistas, en la tele y en la calle. Ellos rodean los 30; ellas, los 50. Asociamos estas relaciones con la búsqueda de fama, dinero, experiencia en la cama, o un rol maternal. Entre todo eso, ¿queda lugar para el amor?
Las convenciones de género siguen dando batalla con tal de permanecer en el imaginario social. Y si de relaciones amorosas se trata, un hombre joven con una mujer mayor será visto ante todo como un “oportunista” con ansias de dinero o ascenso social, o “un nene de mamá” que busca la teta “simbólica” (y real) proveedora de cuidado, afecto y alimento.
En estos casos, la mirada ajena es crítica e impiadosa. Bien diferente sería si se da la inversa: un hombre mayor con una jovencita.
Salir del molde
Dejando de lado los condicionantes externos, existe el hombre joven que desea estar con una mujer que lo supere en edad, porque es su “target”. También está aquel al cual se le presenta la experiencia como algo novedoso y, por qué no, posible.
En ambos casos existe el deseo que los une con una dama que los supera en edad. No hay en ellos intenciones espurias ni pulsiones inconscientes que guían las elecciones de pareja.
Estos hombres salen del molde preestablecido (estar con una mujer joven o con escasa diferencia etaria) y se dejan llevar por la nueva relación sin reproches o cuestionamientos. Son congruentes con lo que sienten.
Ellos valoran la experiencia femenina en todos sus aspectos, la apertura del pensamiento y la comunicación franca. Rechazan la homogeneidad que crean las cirugías estéticas, el pensamiento rebuscado, las quejas y la posesión del otro. Viven con libertad y optan por mujeres libres.
Que los hay... ¡Los hay!
La experiencia humana es tan vasta y compleja que no habría que limitarla a unos pocos modelos de relación. Entre seres adultos todo es posible si existe acuerdo. No obstante, hay excepciones: jóvenes que buscan mujeres más grandes para valerse de las comodidades y del dinero que ellas les ofrecen.
En estos casos, la determinación del varón es bien consciente, voluntaria, y solo tiene fines utilitarios. Los hombres que buscan sacar provecho de este tipo de relaciones tienen una ductilidad para convencer a la mujer del amor que sienten por ellas. Son manipuladores, carecen de franqueza y dejan siempre entrever la diferencia de edad.
Por el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
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