Tomás Fole, alcalde de Vilagarcía. / CARLOS PUGA
El plan de ahorro emprendido por el alcalde de Vilagarcía de Arousa, Tomás Fole, del Partido Popular (PP) para sanear el abultado déficit de las arcas municipales ha tocado una de las venas sensibles de la plantilla del Ayuntamiento y ha tropezado con los cuatro sindicatos que la defienden (UGT, CIG, Comisiones Obreras y CSIF). La pretendida eliminación del seguro sanitario que aborda Vilagarcía, al igual que antes lo hiciera la Diputación de Pontevedra, iba a ser aprobado ayer por mayoría y sin alcanzar acuerdos en la mesa de negociación sindical, pero la oposición al recorte ha frenado, al menos por el momento, las pretensiones del equipo de gobierno.
La supresión de la mutua privada afecta a 79 trabajadores (y a sus familiares), un 25% de la sobredimensionada plantilla municipal con contratos anteriores a 1993 y que pasarían a integrarse al régimen general de la Seguridad Social, aunque solo a efectos de asistencia sanitaria y farmacéutica y no en relación a las bajas laborales por incapacidad temporal, que seguirían en manos de una empresa privada. Además, el Ayuntamiento ofreció la posibilidad de que pudieran mantener la cobertura sanitaria privada a todos los trabajadores fijos y contratados así como los jubilados pero siempre que ellos asuman el coste del seguro. El plan de ahorro, estimado en 113.000 euros anuales, se recibió como una amenaza laboral sin visos de negociación ya que no se alcanzó ningún acuerdo tras varias reuniones con los sindicatos, que acusaron a Fole de negarse a negociar.
Pero en el último momento el alcalde se avino a buscar una solución intermedia aunque sin dar marcha atrás a la propuesta. Fole se ofreció a revisar cada caso de la plantilla afectada porque los sindicatos plantean que no todas las enfermedades son iguales ni tampoco todas las coberturas sanitarias. La decisión la adoptó el alcalde seis horas antes de celebrarse el pleno, tras convocar a los representantes sindicales que habían plantado a Fole en la última reunión, el pasado jueves, alegando que no estaba convocada en tiempo y forma. De hecho, las centrales han puesto el acento en la situación particular de los enfermos crónicos, por lo que han pedido para estos casos una atención especial a fin de que el cambio de médico se haga de forma gradual.
El pleno acordó, no obstante, denunciar la póliza para cumplir los plazos estipulados a la espera de los acuerdos que se adopten con cargo ejercicio de 2013, según los planes de integrar a toda la plantilla a la Seguridad Social. En 1993 entró en vigor la integración de los trabajadores públicos en la cobertura estatal, excepto para aquellos que fueron contratados con anterioridad. Eso permitió a ayuntamientos como el de Vilagarcía mantener un régimen de gestión privada con cobertura para sus familiares. Con esta medida también se elimina la partida de gratificaciones y ayudas para costear la compra de prótesis, gafas o lentillas.
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