10 oct 2012

Centenario de la muerte del fundador de la Cruz Roja




El 30 de septiembre de 1910 murió uno de los más grandes filántropos de todos los tiempos, Jean Henri Dunant, más conocido como Henry Dunant. Con multitud de galardones, entre los que destaca el premio Nobel de la Paz, pasó los últimos años de su vida entre la depresión y la paranoia.
Dedicado al comercio desde que fue expulsado de la escuela por sus malas notas, visitó Solferino el 24 de junio de 1859. Este viaje cambiaría su percepción del mundo al presenciar una batalla en la que murieron casi 40.000 personas. Impresionado por el terror de la guerra, comenzó a organizar a la población civil para proporcionar asistencia a los soldados heridos y enfermos. Como no disponían de suficientes materiales, el propio Dunant coordinó la compra y distribución de lo que se necesitaba y ayudó a levantar hospitales de campaña.

Después de esta experiencia, Dunant decidió escribir un libro sobre sus experiencias, que tituló irónicamente como "Un Souvenir de Solferino". Se publicó en 1862 y en él desarrolló la idea de que una organización neutral debería proporcionar cuidados a los soldados heridos. Las 1.600 copias fueron distribuidas entre los líderes políticos y militares destacados de la época. Su acogida en la alta saciedad fue muy positiva y el Presidente de la Sociedad Ginebrina para el Bienestar Público, Gustave Moynier, hizo del libro y sus sugerencias el tema de la reunión de 9 de febrero de 1863.

La sociedad examinó las recomendaciones de Dunant y crearon un comité de cinco personas para investigar la posibilidad de llevarlo a cabo. A partir de entonces dos médicos, un general, un jurista y el propio Dunant fueron los que decidieron el destino de la todavía idílica organización. El 17 de febrero de 1863 se reunieron por primera vez instaurando la fecha que sería considerada como el nacimiento de la Cruz Roja Internacional.

Nobel de la Paz
Pocos años después, se declaró en bancarrota y se vio involucrado en varios escándalos financieros que le mantuvieron en alejado de la organización en la que tanto empeño había puesto. La vida pública de Dunant estaba prácticamente destruida cuando Georg Baumberger, el editor jefe del periódico de St. Gallen Die Ostschweiz, escribió un artículo en el que narraba la historia de la fundación de la Cruz Roja y su verdadero fundador. A partir de entonces, su suerte cambió. Comenzó a recibir galardones como e incluso fue felicitado por el Papa León XIII. En 1901 fue la primera persona que recibió el premio Nobel de la Paz junto con Frédéric Passy.

Pasó su vejez en una residencia de Heiden atormentado por la depresión y los brotes de paranoia. Aunque siempre fue muy religioso, en sus últimos años renegó de todas las religiones organizadas. Algo muy llamativo, ya que su organización es representada, no sólo por una cruz, sino por la media luna del Islam, y desde 2005, también por la estrella de David judía.

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