11 oct 2012

Diplomáticos contaban con seguridad en Bengasi, aseguran

El general Martin Dempsey, jefe del Comando Militar Conjunto estadounidense, negó que el personal del consulado en Libia, víctima de un atentado en septiembre, careciera de seguridad.

El general Martin Dempsey, jefe del Comando Militar Conjunto estadounidense, negó hoy que el personal del consulado en Bengasi, Libia, víctima de un atentado en septiembre, careciera de seguridad, como acusaron republicanos en el Congreso.

"No estoy de acuerdo con que no había seguridad para nuestros diplomáticos en Libia", dijo Dempsey, a una pregunta durante una aparición en el Club Nacional de Prensa.
Aunque el jefe militar evitó dar detalles, aludió la investigación que el gobierno realiza en torno a los hechos ocurridos en el consulado de Bengasi el 11 de septiembre pasado, donde murieron cuatro funcionarios diplomáticos, incluido el embajador Christopher Stevens.
"Hay una comisión que tiene a su cargo investigar lo que pasó, y tengo enorme confianza de que sus integrantes responderán a esas preguntas", dijo Dempsey.
Por separado, legisladores republicanos acusaron a la administración del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de ignorar los llamados a aumentar la seguridad en el consulado en Bengasi, y así haber evitado esas muertes.
Durante la primera audiencia sobre el incidente, que dejó un saldo de cuatro estadunidenses muertos y varios heridos, el presidente del Comité de Supervisión, Darrell Issa, corrigió las versiones iniciales de que fue un ataque espontáneo provocado por un video contra el profeta Mahoma.
"El video no tuvo efecto directo en este incidente... Fue el aniversario del 9/11 lo que llevó a una organización aliada con Al Qaeda atacar la embajada", señaló Issa, quien desmintió que haya habido una protesta callejera previa al ataque.
Issa reprodujo en ese sentido las declaraciones del subsecretario de Estado, Patrick Kennedy, de que la posición del Departamento de Estado nunca fue que el ataque fue resultado de una reacción al video elaborado de manera independiente por un estadounidense.
Asimismo, señaló que las peticiones de más seguridad en las instalaciones no sólo fueron rechazadas sino desalentadas, porque la administración deseaba crear una imagen de "normalización".
Tanto el presidente Obama como la embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, Susan Rice, han declarado que el ataque sucedió por protestas callejeras, aunque la posición estadounidense ha sido clarificada subsecuentemente.


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