14 oct 2012

Guindos advierte: "Si se pide el rescate, ya no hay marcha atrás"

Un terremoto de 5,1 grados de magnitud con epicentro cerca de Yokaichiba, a unos 70 kilómetros de Tokio, se dejó sentir ayer en la planta 27ª del hotel Imperial, en la capital japonesa, mientras Luis de Guindos explicaba la situación de España a un pequeño grupo de periodistas. El ministro de Economía bromeó: “No os preocupéis, este edificio es sólido, como los fundamentos de la economía española”.

Guindos participa en la asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI), y se reunió ayer con su directora gerente, Christine Lagarde. Lagarde dijo la víspera que la zona euro es “el epicentro” de la crisis y señaló que a veces es preferible dar más tiempo al ajuste presupuestario para no agravar la recesión. Ayer, Guindos recogió el guante y, de forma muy matizada, abrió la puerta a que el Gobierno revise los objetivos de déficit si la recesión es mayor que la esperada. “En noviembre veremos cuáles son las nuevas proyecciones de la Comisión Europea, tanto de déficit como de crecimiento. Y a partir de ahí se verá”, dijo al ser preguntado al respecto.

“El argumento es que si tienes una recesión más profunda de lo que preveías hace solo tres meses, entonces en la política fiscal tienes que mantener el esfuerzo estructural”, pero no en términos nominales o absolutos, explicó. “Ya forma parte del planteamiento general de la política fiscal”, añadió. Al ser repreguntado sobre si eso implicaría cambios en los presupuestos, el ministro dijo que hablaba “en términos generales”.
Lo que sí subrayó es que “en la política fiscal de un país de la zona euro hay un comportamiento conjunto y una valoración conjunta”. “Las modificaciones se hacen conjuntamente. España a fecha de hoy no modifica su planteamiento presupuestario”, añadió. Curiosamente, en marzo pasado, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, redujo unilateralmente el objetivo de déficit para 2012 tras una cumbre europea apelando a la “soberanía” española para hacerlo, en un movimiento que sentó mal en Bruselas y acrecentó la desconfianza en España.

Guindos indicó que “en Europa hay que hacer la consolidación fiscal, pero hay cierta divergencia o desavenencia sobre la forma adecuada de ejecutarlo”. “El mensaje fundamental que está saliendo [de la asamblea del FMI] es: fijémonos en las medidas, no en los resultados nominales”, insistió. “Lo importante son las medidas”.

Además del ritmo de ajuste necesario, en Tokio se lleva hablando todos estos días de la conveniencia de que España pida o no el rescate. La impresión es que, en el FMI, la mayoría de sus técnicos son partidarios de que lo haga y de que Alemania (que parece resistirse) lo acepte. Guindos asegura que no hay resistencia en Europa ni tampoco presión para que España pida el rescate. “A mí no me ha presionado nadie, ni en una dirección ni en otra. El Gobierno elegirá el momento que considere más adecuado para tomar una decisión”, señaló ayer el ministro, que sostuvo que “el tratamiento por parte del FMI es conjunto de España e Italia”.

Y, junto a la irreversibilidad del euro, la del rescate: “Si se pide, ya no tiene marcha atrás. Si no se pide, siempre lo puedes pedir. Hay que ser extremadamente prudente y tener todos los elementos sobre la mesa”, explicó, para luego subrayar que “es importantísimo que España siga teniendo un acceso completo a los mercados. Eso es fundamental”.

Guindos también se refirió a la reciente rebaja de calificación de España por parte de Standard & Poor's. “Las agencias de calificación siempre van por detrás de los mercados”, dijo. “El Gobierno español no se va a mover en función de lo que hagan”.

En esto le echó un capote el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que calificó de “error” la rebaja. En lo que Schaüble se mantuvo firme, en un coloquio junto a la propia Lagarde, es en defender los ajustes pese a las protestas sociales. “Si te preocupas por las protestas nunca podrás llevar a cabo políticas sostenibles”, argumentó. Lo que algunos llaman austeridad, para él es “una política fiscal estable”. Lagarde, por su parte, bromeó con el apelativo “hombres de negro” que reciben los técnicos del FMI, una expresión de Cristóbal Montoro con éxito internacional. “Yo voy de blanco”, dijo señalando su vestido.



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