La semana pasada una marea de argentinos se manifestó en varias ciudades del país sudamericano harta de las trabas impuestas por el Gobierno para impedir el acceso a dólares. El índice de popularidad de la mandataria y sus nuevas medidas está decayendo y Kicillof ha aprovechado las disputas con la petrolera argentina para desviar las protestas.
En la presentación del “Informe Mosconi”, que detalla la “estrategia de depredación, desinversión y desabastecimiento de Repsol”, según el Gobierno argentino, el vicesecretario de Economía aseguró que la empresa española pretendía “vaciar la compañía y venderla en el momento justo porque tenía la vocación de irse por el descalabro que habían hecho”. Acusó además a la empresa española de querer desabastecer el mercado argentino para “lograr precios internacionales”.
El Gobierno argentino recurre de nuevo para recobrar la popularidad a la nacionalizada YPF, que la semana pasada firmó un acuerdo con la Chevron para explotar de manera conjunta la zona de Vaca Muerta, en la provincia de Nequén.
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