El grupo automovilístico Ford cerrará en 2014 la planta belga de Genk, lo que implicará que la producción de la nueva generación de los modelos Mondeo, S-MAX y Galaxy se trasladará a Almussafes, que, no obstante, perdería la fabricación del C-MAX y del Grand C-MAX en beneficio de las instalaciones alemanas de Saarlouis.
Todos estas iniciativas están comprendidas en un vasto plan de reestructuración de las operaciones productivas de Ford en Europa, con el que la multinacional estadounidense persigue "responder a los cambios estructurales del mercado y conseguir un crecimiento rentable en la región".
La primera medida supone el cierre de la planta belga de Genk a finales de 2014, para lo que la empresa ha iniciado un proceso de consultas con los representantes de los trabajadores. Esta factoría cuenta con una plantilla de más de 4.000 empleados.
Como consecuencia de esta decisión, la empresa plantea el traslado de la futura generación de los modelos Mondeo, S-MAX y Galaxy a Almussafes, que recientemente recibió además la adjudicación del todoterreno Kuga y del Ford Transit Connect, lo que implica una inversión de 812 millones de euros.
Para producir la nueva generación de los vehículos fabricados actualmente en Bélgica, Ford Almussafes tendría que renunciar a fabricar los monovolúmenes C-MAX y Grand C-MAX, que se ensamblarían en las instalaciones alemanas de Saarlouis, todo ello en 2014.
La firma del óvalo explica que su plan de reestructuración le ayudará a afrontar la sobrecapacidad productiva, generada por la caída de la demanda en Europa occidental en más de un 20% en los últimos cinco años. Según la empresa, las ventas de coches en Europa registran su nivel más bajo en veinte años y en 2013 se mantendrán o bajarán aun más.
El presidente de Ford Europa, Stephen Odell, aseguró que la reestructuración en Europa es una parte fundamental del plan para reforzar el negocio y recuperar el crecimiento rentable. "Entendemos el impacto que puede tener para nuestra plantilla en Genk, sus familias, nuestros proveedores y la comunidad local", señaló.
"Reconocemos plenamente y aceptamos nuestra responsabilidad social en esta complicada situación y, si el plan de reestructuración se confirma, nos aseguraremos de que se adoptan medidas y apoyos para mitigar el impacto en todos los trabajadores afectados", añadió.
Mientras, la dirección de Ford ha mantenido este miércoles una reunión con el comité de empresa de Almussafes para comunicar a los sindicatos de manera oficial la decisión del grupo automovilístico de cerrar su planta belga de Genk y trasladar la producción de estas instalaciones a la factoría valenciana, según han confirmado fuentes sindicales.
Según estas fuentes, la dirección les ha comunicado esta decisión de Ford Europa que supone un "primer paso" del plan de reestructuración de la compañía, aunque no les han proporcionado ningún detalle de fechas de cierre de la planta belga y sobre cuándo asumiría Almussafes esa producción.
Desde la representación sindical de UGT y CCOO en la planta han rechazado realizar ninguna valoración de la decisión de cerrar la factoría belga, hasta que la dirección de la compañía no ofrezca los detalles. En este sentido, se han remitido a una próxima reunión del comité de empresa europeo, en el que se tratará de las consecuencias de la medida.
En este sentido, desde UGT han apuntado el "sabor agridulce" que produce la decisión mientras que CCOO han considerado que ésta no es "una buena noticia para Ford Europa y la marca" y han expresado su "máxima solidaridad" con los trabajadores de la factoría belga.
Jarro de agua fría en Bélgica
La decisión de la compañía ha caído como un jarro de agua fría entre los sindicatos belgas, en especial después de que Ford anunciara el pasado mes que mantendría la producción del Mondeo en la fábrica de Genk, que da empleo directo a 4.300 personas e, indirecto, a cerca de 5.000.
La decisión de la compañía ha caído como un jarro de agua fría entre los sindicatos belgas, en especial después de que Ford anunciara el pasado mes que mantendría la producción del Mondeo en la fábrica de Genk, que da empleo directo a 4.300 personas e, indirecto, a cerca de 5.000.
"La empresa ha aludido como razón a la crisis económica, pero eso es una tontería. Si van a fabricar esos modelos allí -en Valencia-, también los pueden fabricar aquí", comentó Champagne.
El sindicato CSC Metea, consideró el anuncio de la dirección como "una amarga píldora para el conjunto de la región y, sobre todo, para los trabajadores afectados y sus familias".
Ford confirmó en septiembre que espera presentar un plan de reestructuración que afectará a Europa en los próximos meses.
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