RAFA VIDIELLA
- El español encarna al villano de 'Skyfall', lo nuevo de James Bond.
- La película se estrena este miércoles en España.
- "Soy un privilegiado, pero tengo a gente cercanas pasando cosas terribles", dice.
El actor español encarna a Silva, el imprevisible y descontrolado villano de la última película de James Bond, Skyfall.
Presenta la película en España... ¿Cómo se ve de anfitrión?
Se lleva con mucho orgullo, porque estoy muy orgulloso de mi país pese a la que está cayendo. Mejor dicho: la que está cayendo no es por mi país, sino por unos señores que usan mi país para hacer sus propios negocios. Porque yo estoy orgulloso de este país, de esta sociedad, y creo que venir con una peli así, que entretiene un poco, está muy bien.
Tal y cómo está todo, ¿cómo se anima a la gente a ir al cine?
Es difícil, porque hay cosas y gastos mucho más urgentes, pero los que puedan permitírselo van a pasarlo muy bien. Llevamos tres semanas de promoción, y la respuesta ha sido unánime: con Skyfall disfrutas, lo pasas bien, te quedas con ganas de más.
¿Cómo define a su personaje?
Estaba ya muy apuntalado en el guión, así que apenas tuve que improvisar. Eso es bueno. Aparte de eso... El personaje exigía una gran caracterización, pero no algo gratuito ni por la vanidad de un actor sino con un sentido dramático: es alguien imprevisible, incómodo, y quisimos que también lo fuera su aspecto.
Tiene, además, una gloriosa escena muy íntima con Bond.
¡Eso, menos un par de palabras, también estaba escrito! Lo pasamos muy bien, fue muy divertido, en cuanto cortábamos nos daba la risa... Es una escena de mucho juego.
¿Quiénes son, en la vida real, los peores villanos?
Los que rescatan a los bancos en vez de a las personas. Por desgracia son además de verdad, y comparado con ellos mi malo en Bond es Snoopy.
Y contra esos villanos se lucha...
Sabiendo que son de verdad. Y movilizándonos, haciendo de esta sociedad una piña que grite que esto no es una crisis sino una estafa que está generando un drama humanitario. Porque tenemos que olvidarnos de los números, y fijarnos en los rostros.
Usted lo ve como un actor de éxito, que trabaja en Hollywood.
Soy un privilegiado: tengo trabajo, vivo bien, y no creo en dios pero le doy las gracias a diario. Eso no significa que no vea situaciones terribles a un aliento de distancia, o que no tenga a gente próxima a la que le pasan cosas terribles. Además, hay algo que no entiendo... ¿Qué pasa, que si no te pasa a ti no puedes manifestarte? Es absurdo. Porque se necesita una idea conjunta para hacer una renovación, real y profunda, de este país, de su sistema electoral. La gente debe echarse a la calle, hacerse escuchar y que se reformen muchísimas cosas.
Usted ha reformado su vida: ¿Cómo lleva la paternidad?
(Risas) Pues... ¡Ser padre te cambia todo, qué te voy a decir! Pero no hablo de mis cosas personales, ni aquí ni en EE UU. No me gusta, no me siento cómodo y ni lo hecho nunca ni lo haré... ¡No va conmigo!
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