Nicolas Sarkozy afirmó que haría lo posible por entregar a la justicia al autor de los asesinatos que han aterrorizado a Francia. Pero la historia ha tenido otro final, a pesar de que el testimonio de Mohamed Merah podría haber ayudado a saber más sobre las oscuras células extremistas islamistas que crecen en las banlieues de la República.
Tras 32 horas de cerco policial y negociaciones sin fruto, la demencial carrera del terrorista que aseguró pertenecer a Al Qaeda y ser el único responsable de los atentados de Toulouse y Montauban, ha terminado este jueves con un nuevo estallido de violencia. Merah ha muerto disparando su pistola Colt 45 contra los agentes de la RAID, las fuerzas de élite de la policía francesa, que han asaltado su escondite en lo que los expertos definieron como una acción de guerra. Como había prometido, el gélido criminal ha intentado morir matando, aunque solo ha conseguido herir levemente a un policía en un pie. Dos más han sufrido conmociones
Antes de morir “con las armas en la mano para alcanzar el paraíso con una sonrisa”, como al parecer anticipó a los policías que le asediaban, este joven en paro y exmecánico en un garaje confesó a una periodista de France24 y a los agentes del RAID que había matado a tres paracaidistas franco-magrebíes y a cuatro ciudadanos judíos (tres de ellos niños) para vengar las muertes de niños palestinos en Gaza y protestar contra las acciones de Francia en Afganistán y la prohibición del velo integral en los lugares públicos de su país
-- wwwformy vía Ipad
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