El rostro del viceministro de Finanzas irlandés, Brian Hayes, reflejaba orgullo al exponer recientemente en Berlín que Irlanda podía servir de modelo para otros países en crisis. A pesar de la magnitud de su déficit y de su deuda, de una tasa de paro al alza y de unos salarios a la baja, hace meses que su país recibe elogios desde todos los frentes. Y es que Irlanda, aún con todo, tiene una buena baza, goza de un excedente de exportación. Este país coloca sus productos en todo el mundo y pone en orden sus finanzas a costa de otros Estados. Y, poco a poco, el resto de los países de la zona euro están imitando su ejemplo. Eso molesta en América y en Asia, que muestran su inquietud ante esta expansión.
Promover las exportaciones es el eje de su estrategia para combatir la crisis. Mientras los rescates de la eurozona, la compra de bonos por parte del Banco Central Europeo y los programas de recortes pretenden únicamente apaciguar los mercados financieros, el camino hacia la estabilidad empieza con el crecimiento económico a través de las exportaciones. La zona euro está cambiando de modelo económico, aunque el modelo a seguir en este caso no es tanto Irlanda, sino el gigante exportador, es decir, Alemania.
Para afianzar su posición en los mercados internacionales, los Estados miembros de la zona euro, con los países en crisis a la cabeza, se centran en los sueldos. Deben bajarse para reducir los costes de producción. Y este ajuste responde a tres factores, explica Christoph Weil, del Commerzbank. En primer lugar, la recesión y el aumento del paro han limitado el margen de maniobra de los sindicatos. Además, un gran número de países de la periferia han recortado los salarios de sus funcionarios. Y, por último, hay otra medidas que han contribuido a que lo sueldos sean inferiores, como las reformas del mercado laboral, la supresión de días festivos o la reducción del salario mínimo.
Como resultado, "la periferia de la zona euro realiza grandes progresos en materia de competitividad", reconocen los economistas de Crédit Suisse. Avances que empobrecen a la gente y que hacen que merme su poder adquisitivo. En los países del sur de la unión monetaria, la demanda interior ha registrado un repliegue del 15%. Debido a la crisis, las importaciones en Grecia han disminuido un 13 % durante los siete primeros meses de este año; en Italia y Portugal, un 6%; y en España, un 3%. Como en ese mismo periodo las exportaciones han repuntado, los déficits comerciales exteriores se reabsorben lentamente. España e Italia están en excedente comercial. "La zona euro se parece cada vez más a Alemania", afirma Crédit Suisse.
Sin embargo, Grecia, España y Portugal seguirán teniendo dificultades para devolver su deuda de esa manera dentro de la eurozona, puesto que Alemania les saca una gran ventaja. Los países exportadores como Alemania o Países Bajos han reaccionado a la reducción de costes de producción de sus competidores de Europa del Sur al revisar sus precios a la baja. Eso explica por qué los países de la zona euro buscan fortuna lejos de casa y prueban suerte en los mercados del lejano Oriente y de América.
Los asiáticos y los norteamericanos consideran que esto es un reto, ya que han optado por la misma estrategia en sus territorios. Barack Obama, el presidente estadounidense, había anunciado que Estados Unidos deseaba promover el crecimiento incentivando el incremento de las exportaciones. Y eso no se compatibiliza bien con la estrategia europea. En agosto, las exportaciones estadounidenses hacia el Viejo Continente se estancaron, al igual que pasó con las exportaciones hacia China. Y no son los únicos que están preocupados. En Japón, las exportaciones hacia Europa han caído un 6% este año, mientras las importaciones que provienen del Viejo Continente han repuntado un 18%.
Al volcarse en la exportación, Europa trata de hacerse con parte de las tasas de crecimiento de otros países. "El actual aumento de excedentes en la zona euro tiene un impacto negativo en la economía mundial", asegura Crédit Suisse. Y hace mayor la posibilidad de de conflictos comerciales. “Muchos países industrializados padecen un crecimiento débil y una alta deuda”, reconoce Patrick Artus, del banco francés Natixis. En resumen, los bloques comerciales más importantes tratan de que sean otros quienes asuman el coste de la crisis.
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